sábado, 28 de julio de 2012

Indumentaria de la Región Lázaro Cárdenas



En esta parte de la costa, la indumentaria es poco conocida y menos difundida, la información es más oral que escrito.

Antes de que vinieran gente de otros Estados, durante la construcción de SICARTSA, existió de alguna manera, una uniformidad de idiosincrasia de los nativos de la región de la desembocadura del Río Balsas, costumbres, tradiciones, etc.

Con la llegada de obreros, y después sus familiares, durante la construcción y en la puesta de operación de la Siderúrgica, hubo una confluencia de diferentes culturas de toda la República, e inclusive del extranjero, ocasionado el descuido y olvido de la cultura nativa por parte de sus pobladores originales. Estas culturas llegadas del exterior absorbieron por completo la cultura local, creando una confusión que perdura hasta nuestros días, no existiendo una cultura propia que nos una en torno a una identidad definida. Esto acarrea graves problemas, principalmente en los niños y jóvenes que buscan respuestas al verdadero origen del pueblo donde les tocó nacer, sin encontrarlas.

Para conocer el acervo cultural de la Región Lázaro Cárdenas, que sí existe, fue necesario un riguroso trabajo de difusión e investigación acudiendo a las comunidades donde se encuentran las fuentes vivas de información (ancianos que rondan los 80 años de edad) y que viven totalmente marginados del contexto cultural actual de Lázaro Cárdenas.

El dar a conocer la vestimenta prehispánica y mestiza regional; la cual puede dar respuesta a una de las interrogantes que se hacen con nuestros hijos: ¿Cómo se vestían las generaciones anteriores?

La costa de Michoacán se descubre a sí misma como un pueblo mestizo, que descubre en cada uno de sus componentes: La elegancia errática del pasado indígena con la exquisitez asiática, el brioso ímpetu del pasado español, el sonido del minueto francés y el ritmo suprimido y doloroso del África negra trasladada a nuestras costas.




Indumentaria Prehispánica del Delta del Balsas (Marco Histórico).

Varios estudiosos han mencionado la existencia de grandes centros de población en las márgenes del Delta del Balsas, indicando que se trata de un importante sitio. Recientes exploraciones en la región fueron llevadas a cabo con la idea de resguardar y obtener datos acerca de la historia de sus antiguos habitantes.


Actualmente en excavaciones se encontraron fragmentos de figurillas que se indican, por una parte, una serie de contactos con grupos del resto de la Costa Grande de Guerrero, así como del área Oaxaqueña (Rubén Manzilla, 1989), por otro lado, relaciones con el propio altiplano central, ya que otros pertenecen a la tradición mazapa. Posteriormente, habitantes de la región detectaron un deslave en las inmediaciones del sitio excavado y de él se obtuvieron gran cantidad de figurillas completas y fragmentos que recordaban este mismo estilo (figurillas de una sola pieza, planas y elaboradas en molde, a pesar de que no hay idénticas), pero tenían gran profusión de decoración en el vestuario.




















Luego en una revisión de estas figurillas podemos anotar que los habitantes de la región acostumbraban el uso de enaguas, quezquemtl, una túnica con una especie de estola, ya sea cruzada al pecho o caída de los hombros, collares cortos o largos (en cuyo caso tenían un medallón o pendiente), orejeras circulares y tocados más sencillos. Cabe destacar que entre los rasgos sobresalientes se observan, además de los ya descritos, la boca abierta mostrando la dentadura limada en triángulo, representaciones de escarificación o puntura facial.



Estos materiales denotan la conjunción de dos tradiciones, una local representada por un sinnúmero de artefactos realizados con materiales obtenidos en la región y con diseños decorativos que se encuentran solo en la misma: y otro, que muestra claros indicios de contactos con culturas del Altiplano Central de México, particularmente con la Mexica y sus antecedentes Toltecas. Es quizá, basado en estos rasgos de Lituak indica la presencia de figurillas “Mazopoides” en la región del Delta del Balsas en contraposición a las que se aprecian en el resto de la Costa Grande (Lituak, 1971).


Fuente: Arqueólogo: Salvador Pulido M.



Indumentaria Mestiza. (Región Lázaro Cárdenas).

En la región de Lázaro Cárdenas se confeccionó una blusa de algodón color blanco. De cuello redondo con manga corta o sin ella, con un corte transversal a la altura del busto y espalda. Lleva poco recogido en ambas partes (“El traje indígena de México”).

Esta blusa forma un atuendo con una enagua blanca; se confecciona con dos cintas para atarse a la cintura, al final tiene un olán de recogido que remata con un discreto bordado blanco hecho a mano en la orilla de la misma.

Cuando los arrieros llegaron a estas costas trajeron a vender telas de fondo blanco con estampados discretos, con motivos florales en colores tenues; las mujeres costeñas del bajío apoyadas en la moda de esa época a principios del siglo XVIII. Cuando se tenía la influencia hispana y francesa surge la moda del casaquín, o sea, la casaca masculina evolucionada hasta adaptarse para trajes femeninos, la falda levantada a la altura del tobillo, no muy ancha con pliegues rectos, forzados por su propio peso. Se confeccionan un atuendo que consta de una blusa de cuello redondo, manga tres cuartos pegada al cuerpo y rematando en un faldoncillo.




La falda se confecciona con la misma tela de la blusa, dándole en algunas ocasiones un cambio como: un corte transversal a la altura de la cadera (corte francés).
En la región del balsas este atuendo dejó de usarse en el año de 1989, no así en las regiones antes mencionadas: al paso del tiempo a este atuendo se le han hecho modificaciones como: pegar la blusa con la falda, hacerle a la falda una especie de tablitas a lo largo de la misma y adornar la blusa con listón delgado de colores tenues, con este y otros cambios este atuendo perdura hasta nuestros días.


El atuendo del hombre era calzón y camisola de manta blanca, usaba huarache y en ocasiones botín negro. Por el año de 1920 salió la moda del pantalón balón y camisa, atuendo que aún perdura.


Fuente: Lic. En Desarrollo Comunitario Profra. Rosa Carmina Rumbo Serna.


En la obra “El traje de la Nueva España”, de los autores Abelardo Carrillo y Gabriel, dice: “Por 1787 encontramos ya la aparición de la casaquilla, o sea, la casaca masculina, evolucionada hasta adaptarse para trajes femeninos informales. Entonces el corpiño llevaba a manera de faldoncillos en la parte posterior y las mangas ligeramente ajustadas, que cubrían únicamente en el brazo, la falda levantada hasta arriba del tobillo, ésta menos ahuecada y caía en pliegues rectos forzados por su propio peso y amplio corte.



Fuente: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Indumentaria Antigua Mexicana.
Wilfrido Du Solier. México 1979.


Camisas y Blusas.


Las camisas y blusas son, por supuesto de origen europeo, pero se han adaptado al gusto de los indígenas que las confeccionan según el lugar y sus necesidades.


Enaguas y Faldas.

La enagua es herencia prehispánica, ya que fue usada antes de la llegada de los españoles (códice vindobonesis). La falda, de origen europeo, se caracteriza por sus pliegues o recogido, sus adornos de encajes y son presentadas como trajes de gala.


Mandil.


Esta prenda femenina ha formado parte del atuendo de indígenas y mestizos y es sorprendente su versatilidad, rasgos característicos según la región en donde todavía se usa como adorno o de uso diario.
En la Región del Balsas se usaba de manta blanca ovalada con cintas grandes para atarlo a la cintura, llevaba un pequeño olán que adornaba todo el oval del mandil, al frente llevaba dos bolsas de 12 x 15 cm., las cuales lucía un bordado en un punto de lomillo o en punto de cruz con motivos florales. En la actualidad se usa de diferente color y estampadas.

Rebozo.

Esta prenda femenina ha formado parte del atuendo de indígenas y mestizos y es sorprendente su versatilidad, rasgos característicos según la región en donde todavía se usa como adorno o de uso diario.

El rebozo más común es el de color oscuro jaspeado, se puede encontrar en todos los ámbitos del país, esta prenda era teñida anteriormente con la técnica de ikat o teñido de reserva, es el más popular y las formas de envolverse no tiene límite y depende de la necesidad o el gusto de quien lo porta; puede usarse como tocado, para taparse del sol, como abrigo para protegerse del frío, para cargar el hijo o arroparlo, como canasta para cargar mercancía, para apoyar la batea de pan o la olla del agua (yagual o guanzipe) como coqueto adorno envolviendo la cintura, doblando en el hombro; toda case de giros y dobleces son posibles para los mil y un usos del rebozo.


Peinado.

La cabellera en la figura femenina se adornaba trenzado el pelo con tiras de cuero, algodón o flores (período arcaico). El obscuro cabello de las mujeres indígenas del que la escritora Elena Paniatowska dijera: “cabello lavado en agua de río, cabello remojado y hecho nudo, cabello que rechina de tan limpio, cabello negro como el azabache, brillante como la obsidiana, cabello oloroso a almizcle, aceite de coco, sándalo, a todas las hierbas del campo”, es generalmente un placer para la vista.
En la región de Lázaro Cárdenas, en la actualidad señoras de avanzada edad aún peinan su cabellera así: dividen su pelo en dos partes, las trenzas a la altura de la parte trasera de la oreja para posteriormente anudarlas en lo alto de la cabeza, se sostienen con una peineta de concha carey, plata y oro (actualmente las usan de plástico), la peineta funge como tocado y evita que caigan las trenzas hacia delante cuando su portadora se incline en alguno de sus múltiples quehaceres cotidianos.
En la región existía una tradición, consistía en bordar un pañuelo blanco con pelo, este solamente lo entregaba a la mujer en prenda de compromiso matrimonial y los regresaba si había un rompimiento definitivo.


Entre los hombre, el pelo fue y sigue siendo corto, en esta parte costera el varón se dejaba crecer el bigote o la barba al llegar al matrimonio como símbolo de respeto (costumbre de esta región), se cuenta que al realizar un compromiso de dinero se entregaban tres pelitos de la barba o bigote anudados en un pañuelo en señal de responsiva a su palabra dada, y al no cumplir lo pactado la persona agraviada podía disponer del honor del deudor.


Los Peines.
Se usaban de raíz de árbol, escobeta de maguey o peine de cuerno toro; posteriormente usaron los de plástico.



Huaraches y Zapatos.

Los huaraches eran de cuero crudo, los usaban los indígenas y los campesinos. En tiempos prehispánicos se usaba la sandalia que era elaborada con suela de cuero y tejido de colores.
Los zapatos de procedencia hispana los usaron los criollos y mestizos, rean de razo negro.

Fuente: George O. Pateen. 1926.

La Batea.

Accesorio indispensable en las labores cotidianas domésticas utilizado por los nativos de la costa. La batea es un objeto redondo de madera, especialmente del árbol llamado parota, es de color café y ligero de peso, se utiliza para portar frutas, pescado, pan, queso, etc.; es originaria de las costas y de procedencia prehispánica.

La Joyería.

La magnífica joyería que elaboraban  hábiles orfebres en la época prehispánica usando el oro, la plata, el jade, piedras preciosas, semipreciosas y conchas, desapareció con la conquista. A los indígenas se les estuvo prohibido en un principio el acceso a los metales preciosos; sin embargo, les quedaban para adornarse las semillas, las conchas y las plumas, poco después descubrieron el atractivo de las cuentas de vidrio.
La joyería usada en esta parte de la costa consistía en unas planas y un collar de bolitas, oro de 10 kilates, laminado y hechos a mano del mismo kilataje, traídos de Huetamo y Colima.


Las Paxas (Fajas).

Son tejidas en telar de cintura sin presentar decorado alguno y se usan para sujetar.

Telar de cintura u “Otate”.

La artesanía textil Nahuatl ha conservado su autenticidad por que aún se hace para autoconsumo, están conscientes del alto valor artístico y material de sus trabajos, pero temen por la pérdida de esta manifestación de su cultura.

El telar de cintura consta de 7 partes que son:
-Camachale
-Bano.
-Guiador.
-Shiuleras (2).
-Zutzutpatsle.
-Danchu.

En este telar se elaboraban las prendas prehispánicas e indígenas con fibras y tintes naturales.
-Algodón blanco y coyuchi.
-Caracol purpura (azul).
-Hojas de almendro y granadillo (verde).
-Arbol Brasil y fruto de almendro con alumbre (rojo).
-Arbol de granadillo y guamuchi (amarillo).

Existen diferentes combinaciones y una extensa variedad de árboles, flores y frutas que se utilizan para elaborar tintes.

El Malacate.

Haciendo un recorrido por varias comunidades de esta región nos encontramos con vestigios del uso del Malacate con el cual producían hilo de algodón, para remiendo o para elaborar ropa a mano: Consiste en un eje de madera con un peso de barro en un extremo, que se hace girar atando la fibra en el extremo, un Jongote de coco, dos Guipinitas y Algodón o Lana.

Las siguientes señoras dan fe y testimonio del uso del Malacate para recomendar el atuendo de la mujer y el hombre que consistía en un calzón de manta y camisola blanca.

Rosa Rodriguez, de Playa Azul.
María Mora, La Mira.
María Concepción Viuda de Velazquez, de Cd. Lázaro Cárdenas.
Consuelo Cisneros Gomez, de El Habillal.
 Señoras que su edad oscula entre los 80, 84 y 90 años, dan testimonio viviente.


La Picha o Coruca.

Cobija de lana color gris con dos rayas blancas o rosas en los extremos, traídas por arrieros, el cual tenía diferentes usos: Para taparse del frío, como techo para taparse del sol, protector para las piernas cuando lanzaban un caballo o toro, hacía a veces de cama, tapete para que pasara una dama a la cual se le enamoraba, para ocultar el beso robado; decía Don Pedro Serna Leyva, “Teniendo Machete y Coruca ¡Jaypa! ¡Jaypa!, Me He de Robar a la Cuca”; se dejó de usar cuando de Uruapan venía la avioneta de picho trayendo sábanas de algodón (Por el año de 1926).

El Sombrero de Palma.
La palma, introducida por los españoles: Esta rama de producción artesanal se desarrolló en las comunidades indígenas de acuerdo a la división de especialidades que implementó Vasco de Quiroga en tierras michoacanas.
El sombrero de palma adquiere en cada lugar donde se producía y produce, características propias relativas a tamaño, forma y material.
En la región del Balsas se usaba el sombrero de palma; por el año de 1920 o más atrás; en la Isla del Cayacal se hacían unos sombreros de palma parada para uso de los propios nativos, desapareciendo la técnica al deceso de las personas que los elaboraban. Posteriormente los arrieros trajeron sombreros de palma tejida de tamaño regular con un barbiquejo de Pita de Maguey.

El Machete.
Espada corta de mucho peso y de un solo filo, sirve para cortar caña, cocos, ramas, etc.

Los Bules.

Calabaza que produce un fruto no comestible, a veces mal oliente cuyo epicarpio sirve para hacer vasijas naturales, laqueadas o labradas.

El Matate.
Era una especie de bolsa redonda que se tejía con sicua (Corteza de árbol) o pita de maguey, se usaba para llevar el lonche al trabajo, para acarrear elotes, calabazas, maíz, etc.; actualmente ya desapareció, solamente encontramos algunas como recuerdo de esos ayeres.

Xikipile- Carape- (Morral)
Se elabora con fibra de maguey, su tejido se logra mediante un progresivo anudado semejante al utilizado en las echuras de sus hamacas, se usa para cargar mazorcas, bules, cayacos, calabazas, etc.








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